Nuestras NO Navidades

Es curioso pero cada vez que le contamos a alguna persona cómo enfocamos nosotras las Navidades siempre recibimos la misma reacción: Qué envidia, ¿y cómo lo habéis hecho? Pues fácil… ¡Haciéndolo!

Bueno, realmente, no para todo el mundo es fácil. Entendemos perfectamente que las relaciones familiares son complejas y con muchas emociones y sentimientos de por medio, así que aquí solo os vamos a contar cómo lo hemos gestionado nosotras y como “celebramos” nosotras estas fiestas, por si os puede dar alguna idea o servir de ayuda.

Ya desde antes de tener a las niñas no solíamos celebrar la Navidad. De hecho, solíamos viajar a países musulmanes en dónde no tuviésemos ningún tipo de reminiscencia de la Navidad.

Al nacer las peques, al principio, sí que nos reunimos con la familia, pero todo nos resultaba demasiado trabajoso: tener que llevar nuestra propia comida, sentarnos en una esquina de la mesa para poder sobrellevar la presencia de animales muertos que en ella había, la pata de jamón en la cocina, comentarios jocosos, etc… ¿Os suena, verdad?

Y una Nochebuena, cuando Antía tenía 3 años y Navia tan solo 1, estábamos nosotras en nuestra esquina de la mesa con nuestro redondo de seitán relleno y Antía nos preguntó bajito: ¿Qué tienen en esa fuente? Les pregunté y me contestaron: Es ternera en salsa. Yo yo le respondí a Antía en voz alta: “Cariño, es un bebé de vaquita”. Ya os podréis imaginar el momentazo… comentarios, malas caras… Total, que esa Nochebuena decidimos que era la última que pasábamos en familia.

Por suerte tenemos una casita en un pueblo de la Sierra de Gredos a dónde vamos para escapar para desconectar y reconectar con nosotras mismas. Donde refugiarnos cada año en estas fechas. Y es ahí donde también creamos nuestras propias tradiciones como, por ejemplo, la celebración del Solsticio de Invierno con nuestros pequeños rituales, que no son otra cosa que propósitos de nuevo año y valoraciones o aprendizajes del año qued dejamos atrás. 

Nochevieja, en cambio, sí que lo celebramos siempre. Pero desde hace ya unos años de una forma también alejada de la familia, generalmente hacemos una cena en casa con amigas. Y , como ya os comentamos en otro post, los Reyes tampoco los celebramos, ya que los regalos nos los damos el día 1 de enero.

Por lo tanto no nos reunimos en estas fiestas con la familia extensa. Las pasamos solas, tranquilas, las cuatro. Disfrutándonos mucho, sin cadáveres en las mesas ni grandes comidas copiosas. Las pasamos en contacto con la Naturaleza, con la chimenea, con tranquilidad y dándonos tiempo de calidad.

Paséis como paséis vosotras las navidades, sin duda esperamos que lo paséis genial y que os sirvan para desconectar, recargar pilas, ver a la familia o hacer ese viaje que tanto os apetece. Las celebréis como las celebréis, que tengáis unas felices fiestas y una mejor entrada de año, que estrenamos década y hay que afrontarla con energía y positivismo.

Vitamina B12, o la cruz de las personas veganas.

Esa famosa vitamina que nadie menciona en su día a día, pero en cuanto dices que eres una persona vegana es lo primero o segundo que te preguntan. Sí, lo otro es lo de las proteínas…

Cierto, las personas veganas nos debemos de suplementar de B12, una pastillita a la semana de 2000ng y listo, más fácil imposible. Y sí, las personas que consumen animales también se están suplementando a través de estos (los animales), aunque esta información sea todavía muy desconocida para la mayoría.

La Vitamina B12 es una vitamina hidrosoluble vital para el correcto funcionamiento de nuestro sistema nervioso, así como para la correcta formación de la sangre y de algunas proteínas.

Pero esta vitamina, a pesar de lo que muchas personas creen, no es ni de origen animal ni tampoco vegetal, sino que es de origen bacteriano, y son los animales los que las sintetizan una vez que la han ingerido directamente desde la tierra.

Como por desgracia lo que prevalece en el mundo para consumo humano (en un 95% aproximadamente) son las explotaciones intensivas donde los animales no tocan la tierra y tan solo se alimentan de piensos y forraje de monocultivos, es necesario suplementarles también con esta vitamina a través de su comida. Por lo tanto, las personas no veganas se están suplementando igualmente de una manera indirecta, y las personas veganas lo hacemos directamente con una pastillita a la semana.

Además, tenemos la suerte de que la vitamina B12 se pueden sintetizar fácilmente en un laboratorio, sin que ningún animal tenga que sufrir para ello y su fabricación es muy económica.

Por lo tanto, todo ese debate tan absurdo de que las personas veganas debemos de suplementarnos y que sin la química no podríamos vivir es absolutamente falaz. La inmensa mayoría las personas del mundo, veganas o no, se suplementan de B12. Solo que algunas lo hacemos sin la necesidad de participar en la explotación y muerte de seres sintientes e inocentes.

Para tener más información sobre este tema podéis consultar nuestro vídeo en nuestro canal de Youtube dónde explicamos este tema de una forma dinámica y fácil.

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