La cruel realidad de un pollo diseñado en el laboratorio: el Broiler

Los pollos Broiler son una variedad de pollo desarrollada específicamente para la producción de carne.

Es el pollo habitual destinado al consumo de su carne. Ese que cuesta 1,60€ el kilo en origen.

Debido a la creciente demanda mundial de carne de pollo en los años 60 se comenzó a investigar en la creación de un pollo que fuese lo más “rentable” posible, es decir, que en términos económicos diese muchos más beneficios que pérdidas.

Ese ‘pollo del mañana’ fue diseñado en escayola, (sí, aberrante, lo sabemos…) por científicos de diferentes empresas alimentarias y del propio gobierno de EEUU. Y crearon así un modelo de un pollo “perfeccionado”para producir carne con grandes muslos y una  enorme pechuga.

La demanda no para de crecer

Los pollos actuales destinados al consumo son máquinas de fabricar carne. Debido a toda la selección genética sufrida el animal que necesitaba años para alcanzar un peso comercial ahora lo consigue en tan solo de 4 a 6 semanas. Esto se traduce en un incremento en la velocidad de su crecimiento del 400%. Estos pollos alcanzan el peso para su consumo en un 60% menos de tiempo del que lo hacían hace tan solo 50 años. 

El crecimiento tan rápido y una musculación pectoral tan desproporcionada se traduce en una extensa lista de enfermedades que estas aves sufren, como cardiopatías severas, problemas articulares sin poder mantenerse en pie debido al sobrepeso, depósito de grasa en los órganos,etc.

Es decir, viven los pocos días de su vida antes de ser enviados al matadero, con menos de un mes y medio, en unas condiciones de vida y de salud absolutamente deplorables.

La carne de ave, camino de ser la más consumida del mundo

En cuanto al consumo de carne de aves a nivel mundial, en el año 2020 la carne de aves representa el 36% de la producción cárnica a nivel mundial. En el año 2020 los tipos de carne que más se consumen son la carne porcina, seguida de la avícola y después la carne de res.

Por desgracia,  la producción y el consumo de carne a nivel global continúa en aumento. Según las perspectivas de crecimiento económico del Fondo Monetario Mundial (FMI) este prevé que se mantendrán estables en los próximos años (3.1%-3.4%) contribuyendo a continuar aumentando el consumo, y que se reafirma más con “el rápido crecimiento demográfico y la urbanización dentro de las regiones en desarrollo, que seguirán siendo el núcleo conductor del crecimiento del consumo total de la carne de pollo”.

Los graves problemas de desabastecimiento en carne de porcino que está experimentando China , debido a la peste porcina africana, están acelerando este consumo. Por todo ello, se prevé que la carne de ave se convertirá este próximo año en la fuente proteica más consumida del mundo, alcanzando la producción mundial de carne de pollo más de 92 millones de toneladas.

Fuentes: 

https://www.equaliaong.org/

http://territoriogastronomico.com/

https://avicultura.com

https://ilp-ala.org

https://www.nationalchickencouncil.org/

https://igualdadanimal.org

www.lavidacolorframbuesa.com

Las gallinas felices NO ponen huevos

Rocío y Bere, gallina rescatada en Free Phoenix Project

Para una gallina poner un solo huevo supone, lo primero, mucho dolor, y, lo segundo, emplear una gran cantidad de calcio. Para formar la cáscara de un solo huevo, una gallina necesitará emplear más del 10% del calcio de su propio cuerpo, y esto hace que sus huesos se rompan como el cristal.

Una gallina en estado natural antes de la selección genética ponía entre 12 y 20 huevos al año. Ahora todas las gallinas, incluso las llamadas “gallinas felices” ponen alrededor de 300… Esto les supone un desgaste y unos dolores tan grandes que la vida de las gallinas transcurre entre mucho sufrimiento y graves enfermedades (prolaspsos, tumoraciones, etc). Por eso recuerda siempre, que las únicas gallinas que son felices son las que NO ponen huevos.

La barbarie de la industria del huevo

Los pollos y gallinas son los animales que más se matan en todo el mundo, alrededor de 3.200 millones de aves al año. Es la única carne de animal (junto con la de los peces) admitida mundialmente por todas las religiones y culturas. Además, resulta muy barata de producir, lo que probablemente ayuda a su consumo en todas las partes del mundo.

Solo en España se mata cada año 35 millones de pollitos porque no son útiles a la industria alimentaria. Se les mata a las 24 horas de nacer y de diferentes formas, siendo las más comunes el triturarlos vivos, asfixiarlos al meterlos en sacos unos encima de otros o en cámaras de gas.

Las aves explotadas por sus huevos, llamadas “gallinas ponedoras” por la industria, son hacinadas en jaulas en serie, que son apiladas hilera tras hilera en grandes naves. Viven siete u ocho en cada jaula y ni siquiera tienen espacio suficiente para extender sus alas, conviven con sus propios excrementos y con los cadáveres de otras compañeras . Debido a que sus huesos son tan débiles y sus cuerpos están tan desgastados, hasta un 90 por ciento de las gallinas tienen huesos rotos, haciendo que vivan con dolores crónicos terribles.

Las maravillosas cualidades de las gallinas

Las gallinas y los pollos son animales dulces, inteligentes y empáticos. Sus capacidades cognitivas y emocionales podrían ser comparables a las de las niñas pequeñas, primates o cuervos. Pueden reflexionar sobre su propia existencia y conocer su rango dentro de la jerarquía  del propio gallinero. Además tienen una comunicación muy complicada entre ellas, compuesta por 24 sonidos, e incluso, según el hecho que quieren transmitir, utilizan una vocalización diferente.

Inteligentes

Pero aún hay más, son capaces de llegar a conclusiones lógicas, algo que, por ejemplo, las niñas y niños solo pueden hacer alrededor de los siete años. Los pollitos pueden hacer cálculos recién salidos del cascarón y saben diferenciar entre cantidades grandes y pequeñas. Además, las gallinas son capaces de recordar hasta tres minutos el trayecto de una pelota. Este tipo de hechos se corresponden con las capacidades de la mayoría de los primates. Hay algo que llama poderosamente la atención, son capaces de realizar operaciones aritméticas sencillas simples con tres días de vida, y esto solo han sido capaces de hacerlo chimpancés, orangutanes, delfines y elefantes.

También poseen una amplia conciencia espacial además de cierta capacidad multitarea. Esto es, que pueden hacer varias cosas a la vez, como comer, estar pendiente de otros animales a su alrededor e incluso mirar el cielo por si hubiese aves de presa. Algo muy sorprendente es que tienen autocontrol sobre lo que comen y cómo gestionan su comida, y eso está muy relacionado con la autoconciencia. 

Empáticos

Además son animales empáticos, se comprobó que si una ráfaga de  viento molesta a los pollitos de una gallina, esta muestra síntomas de estrés, al igual que sus bebés. Pero también muestran simpatía y son capaces de adoptar el punto de vista de sus compañeras e incluso el estado de ánimo.  Y este tipo de comportamientos solo se ha visto en pocas especies, como los cuervos y los primates. Tampoco debemos olvidar que cada gallina es única, con su propia personalidad y carácter.

Y muy sensibles

Su órgano sensorial más importante es el pico con un sentido del gusto, olfativo y sensitivo muy sensible. Es tremendamente doloroso para las gallinas tener heridas en el pico. Pero en la industria se les mutila el pico con cuchillos calientes a los pocos días de nacer y sin ningún tipo de anestesia. Esto se hace con el fin de que, debido al estrés que les produce el hacinamiento y la falta de espacio, no se picotean entre ellas. Muchas mueren de hambre por no poder comer debido a los terribles dolores que les produce. Incluso en algunas ocasiones también se les amputan espolones y las crestas. 

Fuentes: 

La crueldad de la industria del cuero

El cuero es la piel animal tratada mediante curtido, es decir preparada químicamente para obtener un material robusto, flexible y resistente a la putrefacción.

Al contrario de lo que muchas personas piensan, el cuero NO es una industria secundaria. Existe una industria fortísima dedicada únicamente a la elaboración de ropa y accesorios como cinturones y bolsos. Incluso se usa en sofás y asientos de automóvil. El cuero se encuentra en todas partes.

Una industria primaria

Los animales que se usan para hacer cuero no se matan primero para producir carne. Incluso para las pieles más lujosas, por ejemplo la de avestruz, lo primero que se usa es la piel y el deshecho es destinado para carne.

Esto significa que comprar cuero contribuye directamente al sufrimiento de los animales en granjas industriales y mataderos, donde  los animales reciben el mismo trato que en las granjas donde son destinamos a comida; confinamiento, mutilaciones, maltrato…

Condiciones deplorables y un final atroz para millones de animales

Como dato, cabe destacar que la piel de un solo cerdo solo da para producir 18 pares de zapatos de media ¡y únicamente para los forros!. Y sólo en España, se fabrican más de 100 millones de pares de zapatos al año.

La mayoría del cuero proviene de vacas de la India. Como este país prohíbe la matanza de vacas, se las fuerza para que mueran de agotamiento. Son forzadas a soportar viajes brutales y agotadores.

Cuando son transportadas en tren, se amontonan hasta 900 vacas en un vagón con una capacidad máxima de 80 a 100 animales, por lo que entre 400 y 500 llegan muertas.

En algunas rutas, las vacas son atadas y transportadas a pie. No se les permite descansar ni beber, y los trabajadores las golpean y les frotan pimientos picantes y tabaco en los ojos, en un cruel esfuerzo por mantenerlas en movimiento.

Todo esto se muestra de una forma desgarradora en el documental Earthlings

Tu cinturón está hecho con perros y gatos

Y eso no es todo. El cuero también proviene de otros países y especies animales.

Por ejemplo en China se despellejan al año a más dos millones de perros y gatos solo para piel. Al no existir, hoy por hoy, una ley que exija el conocer el origen de la piel de animal, tanto cinturones, como bolsos, guantes, cazadoras y demás complementos que llegan a Europa y a España son, en numerosos casos, de piel de perro o de gato.

Todo es terrible, pero dentro de tanto maltrato existe una práctica absolutamente espeluznante. El cuero más suave y lujoso proviene de las crías recién nacidas de las vacas, incluso de los fetos aún sin nacer, extraídas prematuramente del útero de sus madres, algo que les causa un terrible sufrimiento y dolor. Son prácticas aberrantes, desconocidas y habituales. 

También son espeluznantes los daños colaterales en el medioambiente…

Pero es en esta industria no solo existe maltrato animal, sino una contaminación medioambiental y una explotación laboral altísimas.

Las curtientes contaminan muchísimo, emanando, por ejemplo, gas sulfhídrico a la atmósfera, y estas emanaciones pueden llegar a provocar incluso la muerte en muchos casos.

La contaminación se da principalmente por el cromo, que está demostrado que es un agente cancerígeno, con reconocidos efectos sobre todo en hígado y pulmón. Esta contaminación de las aguas limita el acceso a agua potable de la población cercana, que además al estar en contacto con este agente suelen padecer de náuseas, mareos, vómitos, eczemas, etc.

Se utiliza el cromo porque aunque es altamente contaminante y tóxico para las personas es más barato de producir que otros agentes, y además produce un cuero más flexible, óptimo para hacer los bolsos y abrigos de alta gama, por ejemplo.

… y en la explotación laboral que conlleva

Pero la industria del cuero no solo se queda en el maltrato animal y la alta contaminación de las aguas y del medio ambiente en general, la explotación laboral que conlleva, sobre todo mano de obra infantil, es de las más altas. Se calcula que sólo en Pakistán, el 13% de las niñas y niños menores de 14 años trabaja, y de este porcentaje casi el 10% lo hacen en la industria del cuero.

Y la solución es muy sencilla: ropa vegana de alta calidad

Hoy en día existen alternativas de mayor calidad, duración y, por supuesto, mucho más éticas y sostenibles que el cuero animal, como la microfibra, nylon reciclado del plástico del mar, cueros vegetales como de champiñón o piña, algodón encerado, etc.

Por todo esto, reflexionemos sobre lo mal visto que está ya a nivel social el uso de las pieles de animales con pelo y, en cambio, se sigue utilizando cuero que conlleva exactamente el mismo maltrato, dolor y sufrimiento.

Fuentes:

Documental Earthlings

Ecoalkesan

Cerdos: La realidad detrás del mito carnista.

dos cerditos felices en el campo

Es el cuarto animal más inteligente del mundo, por delante del perro. Tiene la misma capacidad cognitiva de una niña de 3 años. Y en cambio, es también el animal más consumido por su carne en todo el mundo.

Un 43% del total de la carne consumida proviene del cerdo, por delante de la carne de pollo y la de ternera.

Listos, sociables y muy familiares…

Los cerdos son animales extremadamente inteligentes, pero es no es todo, son muy sociables y crean fuertes lazos con su familia y otros animales.  Les gusta dormir abrazados y además sueñan, y se saludan frotando sus hocicos. 

Pero además son capaces de comunicarse con hasta 20 tipos de sonidos diferentes que utilizan depende de cada situación, desde un “hola amigo” hasta un “tengo hambre”.

También son muy empáticos, e intentan alegrar a otros animales o personas cuando están tristes. Pero eso no es todo, incluso cuando alguien esta en peligro intentan salvarlo. De hecho hay muchos casos de cerdos que han salvado vidas, como por ejemplo avisando de infartos de personas o encontrando a gente en derrumbamientos, ya que su olfato es 2.000 veces más potente que el nuestro.

Las mamás cerdas tienen un fortísimo instinto maternal, les cantan nanas a sus crías para tranquilizarlas y dormirlas y además éstas reconocen la voz de su madre y desde los dos meses ya reconocen también su propio nombre.

… ¡y súper limpios!

La mala fama que tienen de sucios es totalmente infundada. Los cerdos son animales muy limpios, pero como no tienen glándulas sudoríparas se recubren de barro para estar más fresquitos y además proteger su delicada piel de los rayos del sol.

Realmente detestan estar sucios o compartir un espacio lleno de suciedad y heces. Por esta razón en la industria desarrollan conductas agresivas, incluso canibalismo, por el estrés y los trastornos psicológicos que les produce esa suciedad, hacinamiento e insalubridad.

Y sin embargo, sufren el horror más absoluto

En la industria, a las cerdas se las inmoviliza en jaulas metálicas dónde no pueden girarse, ni siquiera ponerse de pie. Se las insemina artificialmente dos veces al año y cuando nacen sus crías no pueden acariciarles ni tocarlos. No pueden moverse y muchos incluso mueren aplastados por su propia madre.

Vidas segadas cuando aún son bebés

Los cerdos pueden llegar a vivir entre 15 o 20 años, pero en la industria a los lechones los envían al matadero entre los cuatro y los seis meses, como mucho. Sino antes, con días, como en el caso de los cochinillos…

Durante esos meses los cerdos son criados en lugares donde no pueden expresar su comportamiento natural, como jugar, mantenerse limpios o socializar con otros animales. Eso les produce un tremendo sufrimiento. No ven la luz del día, viven hacinados, en sus propios excrementos, y solo salen de esas terribles naves de engorde cuando van camino del matadero.

Las madres en cambio son enviadas al matadero a los tres años, destrozadas después de dos partos al año en esas terribles condiciones…

Un holocausto a nivel mundial

En la actualidad hay en el mundo 1.000 millones de cerdos, 1 por cada 6 personas. El problema de mantener estas cifras repercute directamente ya no solo en los millones de vidas asesinadas cada año, sino en graves problemas medioambientales con las instalaciones de las macrogranjas y macromataderos, como, por ejemplo, el caso del macromatadero de Binéfar, dónde hicimos una vigilia en agosto de 2019 y ya dimos cuenta de datos espeluznantes.

Piscifactorías: Granjas intensivas de peces

Granja intensiva de rodaballos

No, las piscifactorías están muy lejos de ser una solución, de hecho, todo lo contrario.

Las piscifactorías son terriblemente crueles con los animales ya que ni existen unos mínimos aplicables de bienestar animal. No son nada ecológicas, sino todo lo contrario. Y, además, tampoco producen un pescado de calidad rico en nutrientes como el omega 3, fósforo, etc, debido a las condiciones de hacinamiento y mala alimentación a la que se ven sometidos, ya que su alimentación es a base de piensos. 

Las instalaciones son terroríficas, caracterizadas principalmente por un hacinamiento brutal, algunas veces son jaulas o vallas metálicas introducidas en ríos, lagos o en el mar. Pero también las encontramos en tierra firme. De hecho en el centro de España hay varias piscifactorías, piscinas gigantes donde son criados al año unos 120.000 millones de peces.

Hacinamiento insoportable

Los peces se vuelven locos en estas “piscinas” abarrotadas de peces.

No pueden utilizar sus sentidos. Chocan constantemente unos con otros y contra las propias paredes o vallas metálicas, lo que les producen cortes y laceraciones en sus aletas y escamas.

Pero además para todas aquellas especies que en libertad forman jerarquías sociales, estas circunstancias les hacen comportarse de una manera muy agresiva, llegando incluso, en muchos ocasiones, al canibalismo.

La falta de oxígeno, debido al propio hacinamiento, les genera también muchísimo estrés, muriendo en muchos casos por asfixia.

Inanición forzosa antes de su muerte

Además antes de su muerte se les hace pasar un hambre extrema. Tan solo los alimentan para que sus cuerpos puedan asimilar dicho alimento y transformarlo en carne. Por lo tanto, los granjeros entienden que es un desperdicio alimentar a unos animales que están cerca de la muerte.

Y además ésta, su muerte, es absolutamente terrible también ya que los métodos más habituales utilizados son: electrocución, asfixia o golpes.

Efectos desastrosos en el medioambiente

Pero además de la explotación y el maltrato animal existentes en estos sitios, la repercusión en el medio ambiente también es letal. Se emplean productos químicos muy agresivos para el tratamiento de las aguas, además del empleo sistemático de fertilizantes, desinfectantes, sustancias anti-bacterianas, una cantidad ingente de antibióticos y otros tipos de medicamentos, plaguicidas, aditivos alimentarios, anestésicos, etc…

¿Seguís viendo comer peces de la misma manera?

El hacinamiento está “justificado” porque estas explotaciones intensivas deben compensar las muertes de un gran número de individuos debido, a las condiciones de vida. Las ganancias deben de superar las pérdidas, por lo que cuantos más peces tengan, mejor. Y aquí, por supuesto, ni hablar de bienestar animal ni de cualquier medida mínima de protección animal…

El término piscicultura proviene de la concepción religiosa judeocristiana, la cual no considera a los peces ni como animales, sino como frutos del mar. Algo totalmente alejado de la realidad, ya que está más que demostrado que  los peces son animales que sienten exactamente igual que cualquier otro animal, como un ave o un mamífero. Además son inteligentes e incluso forman sociedades complejas.

Por lo tanto, además de sentir dolor, no desean sufrir y, como cualquier animal, también quieren vivir. Cuando un pez es sacado a la superficie empieza a ahogarse, el proceso es muy cruel. Abren la boca e intentar moverse. Se ve perfectamente su dolor. Incluso los peces pequeños emiten gemidos de dolor, pero que nuestro oído no puede percibir.

La solución pasa por no consumir más peces

Sabemos, como ya hemos hablado en otro post, que la pesca está acabando con nuestros mares y océanos. Las cifras son escalofriantes.

Cada año la pesca industrial captura a un número de peces equivalente a la población humana de 142 planetas Tierra. Los peces no se cuentan ni por individuos, sino por toneladas.

Además muchos de los peces capturados por las redes de arrastre no son aptos para el consumo y sus muertes son consideradas desechos.

La industria pesquera mata a más individuos que toda la industria ganadera junta. Y las proyecciones no paran de crecer: la propia FAO calcula que de cara a 2030 se alcanzarán los 200 millones de toneladas de capturas anuales.

Fuentes:

Animales de granja y antibióticos

trozo de carne con 4 inyecciones de distintos colores, representan la cantidad de antibióticos que tienen la carne y el pescado

¿Sabéis que más de 700.000 personas mueren cada año en todo el mundo (30.000 de ellas solo en Europa) por infecciones provocadas por bacterias que se han hecho resistentes a los medicamentos específicamente creados para combatirlas (antibióticos)?

Si esta tendencia continúa, la OMS calcula que a mediados de este siglo morirán unos 10 millones de personas al año por la resistencia a los antibióticos.

Y esto, ¿qué tiene que ver con el veganismo?

Pero, ¿sabéis por qué está sucediendo esto? Pues una vez más, nos encontramos como culpable a la ganadería industrial. Según un informe de la FAO, se calcula que en la actualidad se están utilizando en animales en todo el mundo 27 clases diferentes de antibióticos. El 99,9% de estos fármacos son utilizados en la cría de vacas, cerdos, ovejas, cabras, pollos y otros animales destinados a la producción de alimentos. El 0,1% restante se usa en las mal llamadas “mascotas”. 

El uso preventivo agrava el problema

Muchas veces se emplean de forma rutinaria, se les añade a los piensos o al agua, incluso cuando los animales están sanos, para así tratar de evitar infecciones y que los animales engorden más rápido.

Lógicamente cuanto mayor es el uso de antibióticos es las granjas, mayor es también la probabilidad de que aparezcan cada vez más bacterias resistentes a todos los antibióticos disponibles dando lugar a infecciones imposibles de tratar.

España, líder de la UE en su consumo

Además dentro de la UE, España es el país que más antibióticos consume. Como dato, en 2014 un tercio de todos los antibióticos utilizados en la UE fueron vendidos en España. La carne producida en España tiene tres veces más antibióticos que la producida en Alemania, seis veces más que la producida en Francia y casi diez veces más que la producida en Dinamarca. Pero además teniendo en cuenta que estos países tienen el doble o el triple más de animales que España… los cálculos son fáciles de interpretar.

El negocio de la carne, altamente rentable para la industria cárnica, sale realmente caro al resto de la sociedad. El abuso de antibióticos en los animales destinados a consumo amenaza ya a millones de personas.

El hacinamiento, la insalubridad y las terribles condiciones de cría de los animales de granja hace que estas sean focos de infecciones. Cuando consumimos la carne de estos animales, no solo ingerimos su dolor y su sufrimiento, ingerimos sus medicamentos, sus antibióticos y todos los suplementos que les introducen en los piensos. 

El consumo de animales no es ético, y eso es lo más importante. Pero es que tampoco es ni sostenible ni saludable.

Fuentes: 

  • BIOECOACTUAL
  • Igualdad Animal
  • Alimentar el Cambio
  • Agencia Europea del Medicamento.
  • FAO

Ganadería industrial y despoblación rural

Granja de cerdos de Girona con cerdas hacinadas.

No son pocos los estudios que han demostrado la relación directa entre la ganadería industrial en nuestro país y la pérdida de empleo y de población en el mundo rural, en los lugares dónde se concentran un mayor número de animales.

Pero además de la despoblación y el desempleo que afecta directamente a esto lugares, también nos encontramos con grandes impactos sociales y medioambientales. Estas son algunas de las consecuencias directas:

  • Despilfarro del consumo del agua, (cada kilogramo de carne de vacuno requiere 20.000 litros de agua).
  • Contaminación del aire por amoniaco y por las emisiones de gases de efecto invernadero.
  • Contaminación del suelo y las aguas fluviales por los nitratos procedentes de los purines.

En total, según datos de la organización internacional GRAIN, el modelo ganadero industrial genera entre el 23 % y el 32 % de las gases de efecto invernadero a nivel mundial.

Desastre medioambiental nacional…

Por supuesto, toda esta contaminación de aire, suelo y agua tiene consecuencias negativas directas en la salud de las personas. Está demostrado que la población local cercana a este tipo de explotaciones intensivas se ve afectada cada vez más por problemas respiratorios asociados al amoniaco y a las micro-partículas procedentes de este tipo de ganadería.

…consecuencia del holocausto animal…

Sólo en la provincia de Lérida, existen más de 4 millones de cerdos censados. Es increíble ver como este modelo de granjas, que ya no se estila en el resto de Europa debido a todo lo que ya se conoce que conlleva y sus desastrosas consecuencias está, en cambio, proliferando en nuestro territorio.

Los datos del sector porcino son escalofriantes. Los datos del  Ministerio de Agricultura muestran que el año pasado se sacrificaron 52,4 millones de cerdos, en total 4,52 millones de toneladas de carne. Esto significa que nos mantenemos en la cuarta posición mundial, tan solo por detrás de China, Estados Unidos y Alemania.

…y al servicio del mercado internacional

No deja de ser curioso cómo el consumo de carne de todo tipo ha retrocedido en España el 2,6%. Sin embargo la  exportación aumentó en un 60% en carne de cerdo, principalmente con Asia como principal destino.

La ganadería en general es la responsable del 67 % de las emisiones de gases de efecto invernadero del sector agrícola, que es ya el cuarto principal emisor de España. Pero es que el porcino en particular es ya responsable del 22 % de las emisiones de la ganadería en España.

Y las consecuencias las pagan la España rural…

La ganadería intensiva ya no es solo que económicamente no beneficie en absoluto a los pueblos, sino que debido a todo lo que hemos mencionado anteriormente, los empobrece.

En las comparativas realizadas entre municipios con esta industria y otros que se están dedicando a otro tipo de actividades económicas, como la pequeña transformación artesanal o el turismo rural sostenible, los primeros pierden mucha más población que los segundos.

… Y el Sur global

Pero esta problemática va mucho más allá y no afecta solo a nuestro medio rural, sino que las consecuencias de la ganadería industrial ejercen una enorme presión sobre los países del Sur.

No en vano, es en estos paises donde se plantan la gran mayoría de monocultivos como soja, maíz y otros cereales, que se utilizan para la elaboración de piensos y abastecer toda esa demanda de esos millones de animales.

Esto conlleva ya no solo el acaparamiento de tierras y el consecuente desplazamiento de comunidades enteras, sino que sus habitantes deben de hacer frente a entornos empobrecidos debido a la deforestación, así como a diversas enfermedades producidas por esos monocultivos o incluso la intimidación y, en muchos casos, la muerte de líderes campesinas.

  • Greenpeace
  • Ecologistas en Acción
  • El País
  • Stop Ganadería Industrial

Los zoos son cárceles de animales

Debemos de partir del hecho de que los zoos son empresas, y, como tales, solo buscan la mayor rentabilidad, obviando el bienestar de sus animales, a los que únicamente ven como productos.

Animales encerrados tras barrotes, en urnas de cristal o recintos minúsculos. Hacinados, desatendidos la mayoría de veces de los controles veterinarios necesarios, utilizados como reclamos publicitarios, desarrollan enfermedades mentales a causa del encierro, del estrés, de la tristeza…

Desmontando las zoo falacias

Una de las más extendidas mentiras que nos encontramos es que los zoológicos dicen trabajar para proteger a las especies en peligro de extinción. Pero esto es totalmente falso. Por lo general sólo fomentan el “alojamiento” a los animales más famosos y populares, como grandes felinos, elefantes, osos polares, etc…

De hecho existen gobiernos que alquilan a los zoos a sus animales más famosos para que así tengan más ganancias. Como dato, destacar que tan solo el 8% de los animales de zoos de Europa pertenecen a un programa de conservación de las especies.

No debemos olvidar que, además, la gran mayoría de los animales que están en los zoos no están en peligro de extinción. Por lo tanto ese falaz argumento de conservación de las especies también se cae por su propio peso.

Espectáculos dantescos, y luego… reventa de los animales

Los delfines u orcas hacinados en grandes piscinas, “actuando” para un público autómata incapaces de ver su sufrimiento, haciendo saltos a cambio de comida, un vil chantaje, y las cuidadoras tratando de hacernos creer que los quieren y los cuidan….

Elefantes encerrados en espacios minúsculos sin poder recorrer kilómetros por sus sabanas de origen.

Grandes simios o felinos prisioneros en espacios reducidos sin poder saltar, correr, ni hacer nada de lo que es su propia naturaleza.

Los Zoológicos saben perfectamente qué tipo de animales atraen a más visitantes. Por ejemplo los cachorros son una gran fuente de ingresos y un reclamo publicitario. Pero ¿qué sucede cuando esos animales crecen y ya no “venden” tanto? Pues comercian con los ejemplares cuando alcanzan su edad adulta, vendiéndolos o cambiándolos por otros de otros zoos. Todo en nombre de la preservación de las especies… Hipocresía máxima.

No financies esclavitud

Cuando pagas por visitar un Zoo estás financiando la esclavitud, la trata. Financias el dolor y el sufrimiento de miles de seres inocentes. Los Zoos no educan, ya que solo muestran a seres encerrados, fuera de sus hábitats, cosificados y mostrados como  objetos de consumo.

Animales totalmente alejados y despojados de su verdadera naturaleza, animales enfermos cumpliendo una condena de por vida sin haber cometido ningún delito jamás.

Y por si todo esto no fuese ya más que suficiente, en algunos zoos, por ejemplo en el zoo de Lujan en Argentina, se permite a los visitantes fotografiarse encima de leones drogados o en el del Sriracha Tiger Zoo de Tailandia, donde tigres y otros animales viven encadenados y encerrados en pequeñas jaulas, y son obligados a tener que posar para fotografiarse con turistas o ser alimentados a la fuerza con biberones….

Por favor, no contribuyais a este sufrimiento innecesario, los zoos no son educativos, enseñemos amor, respeto y libertad.

Fuentes:

  • AnimaNaturalis
  • El País
  • El Diario.es
  • Fundación Faada

Nuestra Huella Hídrica

La sostenibilidad de nuestro mundo, la reducción de la pobreza y la seguridad alimentaria son solo algunos de los factores cruciales que dependen de un uso adecuado del agua. Y un uso adecuado del agua no consiste solo en ducharse en 3 minutos y cerrar el grifo mientras te lavas los dientes.

La principal causa de escasez de agua en nuestro planeta se debe a la agricultura, que representa el 70% de la utilización de este recurso. Pero este uso se podría reducir drásticamente si el destino de esos cultivos fueran para alimentar a la población y se redujese o erradicase el destinado a la carne.

Algunos datos sobre la huella hídrica

Según datos de la FAO se calcula que el 70% de la huella hídrica a nivel mundial está relacionada directamente con lo que se come. Lógicamente para producir alimentos se requieren enormes cantidades de agua, pero es la carne el producto que más litros precisa para su elaboración:

  • 15.400 litros de agua para producir 1 kilo de ternera
  • 8.700 litros para 1 kilo de cordero o cabra
  • 6.000 litros para 1 kilo de cerdo
  • 5.000 litros para 1 kilo de queso 
  • 4.300 litros para 1 kilo de pollo

Por ejemplo, para 1 sola hamburguesa se necesitan 2.500 l. de agua

En cambio para la producción de comida basada en plantas nos encontramos con estos datos: 

  • 4.000 litros para 1 kilo de legumbres
  • 2.200 litros para 1 kilo de tofu
  • 1.900 litros para 1 kilo de soja
  • 1.600 litros para 1 kilo de cereales
  • 960 ml. Para 1 kilo de fruta
  • 320 ml. Para 1 kilo de verduras

Lo animales necesitan beber, evidentemente, y mucho, se estima que dependiendo de la especie, el “ganado” debe consumir entre 2 y 60 litros de agua al día. Un animal “productor de leche” consume de 3 a 4 litros de agua por cada kilo de leche producida y de 3 a 4 litros de agua por cada kilo de materia seca consumida en su alimentación.

Un círculo vicioso de destrucción ambiental

Pero aún hay más, la escasez de agua se va a ver incrementada por la rapidez del calentamiento global, se calcula que por cada grado de temperatura que aumente de media el planeta a causa del calentamiento global, habrá un 20% menos de recursos hídricos para un 7% adicional de la población.

Y de nuevo, esta subida de las temperaturas, este cambio climático, viene provocado de forma muy significativa por la sobre-explotación de la tierra dedicada a la ganadería.

Decir que España, a pesar de ser el país de la UE más árido, tiene la segunda mayor huella hídrica de Europa (6.700 litros por persona y día) esto debería hacernos reflexionar sobre nuestra responsabilidad como sociedad y como consumidores.

Tanto la FAO como numerosos estudios internacionales independientes elaborados por organizaciones no gubernamentales como “Earthscan” o por Universidades como la de Oxford, están alertando de la necesidad de cambiar a un modelo alimentario basado principalmente en plantas para reducir nuestra huella hídrica, uno de los factores más determinantes del cambio climático.

Y como solemos decir, nosotras no podemos delegar toda la responsabilidad de esta crisis climática ni de este cambio climático en los gobiernos y la clase política, debemos usar el poder que tenemos como consumidoras y modificar nuestro modelo de consumo comenzando por algo tan básico y vital como es la cesta de la compra.

Fuentes: 

www.aguasresiduales.info

www.researchgate.net

https://www.fundacionaquae.org Estudio ‘The water footprint of farm animals and animal products’, realizado por Mekonnen y Hoekstra y recogido por la plataforma Water Footprint Network.

Caza es asesinato

El dictador Franco con su escopeta y dos cabezas de ciervo macho como trofeos

Este “deporte” mata al año, solo en España, a unos 25 millones de animales. Pero esto no es todo, porque la caza conlleva también una gran pérdida de la biodiversidad, derivada de la caza furtiva o de la introducción de especies invasoras.

Una lacra que ha durado ya demasiado tiempo

La caza destruye el equilibrio natural de los ecosistemas. Animales como el oso pardo, el lince ibérico o el lobo se ven directamente afectados y amenazados por ella y también acaban muriendo.

Desde el siglo XVII la caza y todo lo que ella conlleva es la responsable del 57% de las aves extinguidas y del 62% de las especies de mamíferos extinguidos. Pero aún así nos quieren hacer creer que cuidan el entorno y los ecosistemas….

El negocio del asesinato de animales

Los cazadores lo único que desean es matar, sentir ese extraño poder de quitarle la vida a alguien, pero además disfrutan con ello y llaman trofeos a sus víctimas… ¿Puede haber algo más  macabro que esto?

Pues resulta que sí. Estas personas no tienen suficiente con matar, sino que lo tienen que hacer de la manera más accesible y ruin… Utilizando animales criados en granjas, denominadas granjas cinegéticas, para luego soltarlos en cotos cerrados y de esta manera poder cazarlos con una mayor facilidad.

Y este tipo de caza, cada vez más extendida, también se da en otros países con animales salvajes, como leones o rinocerontes…

Pero aún hay más. Los cazadores, en un alarde máximo de pseudo-virilidad y sacando a pasear todo su falocentrismo tienen preferencia por cazar machos, por ser considerados un mayor trofeo, generando así una mayor descompensación entre las especies.

Un negocio poco ético y nada sostenible

Como dato, cabe destacar que el el 80% del territorio español forma parte de algún coto de caza con actividad durante la mayor parte del año. La caza es una lacra.

Las personas que conocemos el monte y el medio rural sabemos que existen muchos cortes de caminos públicos, cauces o vías pecuarias, porque se permite de una manera flagrante desde las administraciones que la caza sea la actividad preferente en los montes públicos e incluso en los espacios protegidos. Esto conlleva también la muerte de personas, y muchas veces no son ni cazadores. 

Un estudio de 2014 sobre los montes andaluces concluyó que las actividades de autoconsumo ambiental, uso recreativo y conservación de la biodiversidad amenazada son más rentables que la caza en términos económicos. Señala dicho informe que:

La caza no solo no estaría favoreciendo el desarrollo del medio rural, sino que estaría limitando las posibilidades futuras de desarrollo de los entornos más deprimidos económicamente.

Muerte y maltrato a la orden del día

Pero la caza no solo mata, también conlleva un maltrato brutal. Ya no solo por los miles de perros abandonados y torturados tras el periodo de caza, sino que las propias especies cinegéticas sufren este maltrato, como los zorros cazados en madriguera, los  jabalíes con lanza o el tristemente famoso tiro al pichón.

Muchas veces los animales a los que han disparado sufren horas o incluso días una terrible agonía. Desde el disparo pueden sobrevivir malheridos, con el cuerpo destrozado y mutilado, las vísceras fuera o los huesos rotos varias horas o días tratando de huir de sus asesinos.

Esta suerte tan terrible también la sufren los animales capturados en trampas o cepos, donde pueden permanecer por largos periodos de tiempo con terribles dolores, sedientas y hambrientas hasta que mueren…

Una doble moral injustificable

Y todavía tenemos que escuchar ese cínico oxímoron de que “los cazadores aman el monte y a los animales”, que son los salvadores de los ecosistemas y que cuidan a sus perros… Matar a sangre fría a un ser inocente solo por placer es uno de los comportamientos más aberrantes del ser humano. 

Fuentes:

Las plantas también sienten

Sí, cierto, sienten estímulos, pero no tienen conciencia entre estímulo y respuesta y además algo que es clave, no tienen sistema nervioso ni forma alguna de percibir el dolor o molestia.

Emplear el argumento de que las plantas también sienten para desprestigiar el veganismo ya no es solo una falacia en sí misma, sino algo totalmente absurdo y carente de base científica.

El consenso científico

Los animales no humanos están considerados seres sintientes desde el Tratado de Lisboa el 1 de diciembre de 2009. Eso significa que al igual que nosotras están dotados de la capacidad de sentir; de sentir dolor, alegría, tristeza, miedo… Y las plantas… pues no.

Cierto es que tienen un grado de sensibilidad hacia los cambios en los factores del medio en el que viven, pero esa sensibilidad no está basada en un sistema nervioso central, ni siquiera periférico, como en el caso de los animales.

Pero aún hay más, las plantas no tienen cerebro ni neuronas, lo que tienen son una serie de mecanismos los cuales les permiten responder y adaptarse al medio de maneras muy diferentes, algunas incluso similares a las de algunos animales, pero no iguales. No olvidemos que las plantas no sangran, ni lloran, ni gritan, ni pueden huir cuando les hacen daño.

Los animales como sujetos de derecho

Tratar de equiparar las respuestas que pueden dar las plantas ante determinadas exposiciones en su medio al dolor que sienten los animales no humanos, es también bastante ruin.

De ahí que sea tan importante comenzar a descosificar a los animales. Y aunque el hecho de que ya sean considerados seres sintientes es un gran avance en nuestra sociedad, no es suficiente. Debemos de llegar a considerar a todos los animales como sujetos de derecho.

No debemos olvidar el que, por ejemplo, hace unos años se pensaba que los bebés no sentían dolor e incluso se les sometía a terribles intervenciones quirúrgicas sin anestesia. Esto que ahora nos parece tan atroz y espeluznante pasaba hace tan solo un par de décadas…

La sociedad y la ciencia avanzan y con ella deben avanzar también la ética y la justicia.

¿Y si fuera verdad que las plantas sienten?

Además, aunque fuera cierto que las plantas sienten, seguiría sin ser un argumento sólido para invalidar el veganismo.

Curiosamente, todas esas personas que tanto se preocupan por las plantas y sus sentimientos cuando les dices que eres una persona vegana, parece que no se han parado a pensar que los millones de animales que destinamos para consumo humano se alimentan precisamente de plantas.

Actualmente más del 71% de todas las tierras agrícolas de la UE se dedican a la alimentación del ganado, y esto ya afecta a más del 63% de la tierra cultivable.

Pero a nivel mundial es todavía mucho peor, cada año, más de 60 billones de animales son criados para consumo humano. La producción de carne y productos lácteos abarca en nuestro planeta ya el 30% de su superficie terrestre y el 70% de las tierras destinadas a agricultura.

Y por si esto no fuese poco, todo esto representa el 8% del agua que los seres humanos emplean, sobre todo para el riego de los cultivos.

La industria ganadera mundial es «probablemente la mayor fuente sectorial de contaminación del agua», y una de las principales de la deforestación y la pérdida de biodiversidad.

Conclusiones

Por lo tanto, como vemos, el argumento de que “las plantas también sienten” es fácilmente desmontable y rebatible tanto desde un punto de vista biológico como medio ambiental.

Fuentes

Adoctrinamiento en la ‘granja escuela’

Antía y Navia nunca han ido a una Granja Escuela, ni siquiera en la Escuela Infantil cuando, ya desde los dos años, suelen llevar a las peques a este tipo de sitios…

Las granjas escuelas no aportan nada positivo

Y nunca han ido por una sencilla razón; las granjas escuelas son como zoos pero con animales de granja. De hecho, el estrés al que son sometidos estos animales es incluso peor que en los zoos porque a estos animales los tocan, los cogen, se suben en ellos y los estresan cientos de niñas y niños cada día, siendo una auténtica tortura para ellos.

Ni los zoos ni las granjas escuelas enseñan nada positivo, porque lo único que siguen perpetuando es que los animales están aquí para nosotras, y que podemos encerrarlos, que podemos montarlos y hacernos fotos encima de ellos, que podemos correr detrás de ellos y asustarlos, que podemos robar a las gallinas sus huevos para luego comérnoslos… Y lo peor, siguen fomentando la disonancia cognitiva más absoluta, al fomentar la interacción con un cerdo o un pollo y al rato, en el mismo espacio, sentarse a comer al hermano de ese animal….

Existen otras formas de conocer a los animales

Preferimos enseñar a nuestras hijas el respeto hacia todos los animales. Si podemos ir a algún santuario y que interactúen con ellos, fantástico. Y si no, existen documentales maravillosos donde pueden ver a los animales en sus hábitats naturales, en libertad, que es el único sitio donde deberían estar.

También solemos ir una o dos veces al año a realizar una jornada de voluntariado en algún santuario de animales, y que así nuestras hijas aprendan al mismo tiempo que pueden interactuar con ellos desde el respeto y la empatía.

Cuando ha llegado el momento, al profesorado se lo hemos explicado de una manera asertiva. Y siempre, el día de la salida a la granja escuela, hemos elegido un plan B mucho más apetecible para ellas, como pasar el día en el Parque de Atracciones. Por lo tanto, están deseando que llegue el día de la dichosa excursión para poder disfrutar de un día entero de ocio en familia.

Existen alternativas éticas a la granja escuela

También hemos propuesto varias veces, en los distintos centros educativos a los que han asistido, cambiar ese tipo de excursiones, intentando explicar que realmente no aportan nada positivo ni a la educación y ni a su proceso de desarrollo, tratando de incluir excursiones que fomenten el respeto y la empatía hacia los animales y nuestro planeta. Decir que en algunos coles sí que ha surtido efecto y han eliminado de sus programas este tipo de excursiones.

Podemos seguir fomentando el respeto hacia todos los animales, desde nuestros círculos cercanos y tratando de cambiar patrones de conducta muy arraigados en nuestra sociedad pero que ya están obsoletos para aquellas personas que apostamos por la ética, el respeto y la solidaridad.

Identificarse