Alimentación complementaria vegana

A los seis meses, aproximadamente (no es justo el día que cumple seis meses el bebé, puede ser un par de semanas antes o un par de semanas después), se empiezan a introducir los alimentos sólidos. 

Lo ideal es seguir también con la teta, ya que recordemos que la OMS recomienda lactancia materna hasta los dos años, pero esto ya es algo personal de cada mamá.

La pediatra suele dar el típico papel fotocopiado obsoleto de primero esto, luego lo otro, etc… Pero no hagáis demasiado caso. Los alimentos se deben de introducir poco a poco y de uno en uno para evitar riesgos de alergias, ya que si se introducen varios al mismo tiempo y hay reacción alérgica, no sabrás cuál ha sido el que le ha dado reacción. Pero más allá de eso, puede ser casi cualquier alimento saludable.

Podéis alimentar a vuestras peques con las típicas papillas o con el método BLW (Baby Led Weaning) que consiste en dejar que el bebé vaya sólo probando los distintos alimentos. Para ello el bebé debe sentarse correctamente en la silla o trona y mantenerse bien sentado por sí mismo, haber perdido el reflejo de extrusión y que tenga coordinado el movimiento mano-boca.

Los alimentos que se deben de ofrecer a las peques son trozos cocidos, pequeños pero no demasiado para que pueda agarrarlos bien con su manita y llevárselos a la boca sin problema. Se puede ofrecer zanahoria y patata cocida, brócoli, tofu suave, plátano, etc… Así que realmente el bebé, ya tome papillas o haga BLW puede comer prácticamente los mismos alimentos que nosotras: legumbres, hortalizas, frutas, verduras, cereales integrales y semillas y frutos secos. Estos últimos, siempre triturados o en crema, por el riesgo evidente de atragantamiento.

Tengamos también en cuenta que las grasas que deben de tomar deben de ser saludables, como el aceite de oliva, aguacate o frutos secos. Y que los alimentos con azúcar deben de ser descartados, a los bebés les encanta el yogur natural de soja sin azúcar, acostumbrar el paladar al azúcar añadido desde tan peques, no es nada bueno.

Con la sal igual, muy importante añadir una pizca de sal yodada, insistimos, yodada.

Y, por supuesto, B12 también desde el inicio de la alimentación complementaria.  En el mercado las hay en formato pipetas y líquidas que se pueden dar una vez a la semana sin problema.

Los únicos alimentos que los bebés no deben de tomar hasta el año, son las hojas verdes de espinacas y acelgas por su alto contenido en nitratos. A partir del año se pueden ir introduciendo de forma paulatina sin mayor problema. Y también a partir del año pueden empezar a tomar cualquier leche comercial vegetal.

Así que, como veis, mientras el bebé siga una alimentación equilibrada, con alimentos sanos y variados, como las legumbres, hortalizas, verduras, fruta, frutos secos y semillas y con su aporte de vitamina B12 semanal no hay ningún problema.

Antía y Navia empezaron a los seis meses a consumir tofu blanco, así como el resto de legumbres, hortalizas y verduras.

Y como siempre os decimos, para vuestra mayor tranquilidad, nunca está de más consultar a una nutricionista especializada en dietas veganas y peques, que ya hay grandes profesionales en este ámbito.

Vitamina B12, o la cruz de las personas veganas.

Esa famosa vitamina que nadie menciona en su día a día, pero en cuanto dices que eres una persona vegana es lo primero o segundo que te preguntan. Sí, lo otro es lo de las proteínas…

Cierto, las personas veganas nos debemos de suplementar de B12, una pastillita a la semana de 2000ng y listo, más fácil imposible. Y sí, las personas que consumen animales también se están suplementando a través de estos (los animales), aunque esta información sea todavía muy desconocida para la mayoría.

La Vitamina B12 es una vitamina hidrosoluble vital para el correcto funcionamiento de nuestro sistema nervioso, así como para la correcta formación de la sangre y de algunas proteínas.

Pero esta vitamina, a pesar de lo que muchas personas creen, no es ni de origen animal ni tampoco vegetal, sino que es de origen bacteriano, y son los animales los que las sintetizan una vez que la han ingerido directamente desde la tierra.

Como por desgracia lo que prevalece en el mundo para consumo humano (en un 95% aproximadamente) son las explotaciones intensivas donde los animales no tocan la tierra y tan solo se alimentan de piensos y forraje de monocultivos, es necesario suplementarles también con esta vitamina a través de su comida. Por lo tanto, las personas no veganas se están suplementando igualmente de una manera indirecta, y las personas veganas lo hacemos directamente con una pastillita a la semana.

Además, tenemos la suerte de que la vitamina B12 se pueden sintetizar fácilmente en un laboratorio, sin que ningún animal tenga que sufrir para ello y su fabricación es muy económica.

Por lo tanto, todo ese debate tan absurdo de que las personas veganas debemos de suplementarnos y que sin la química no podríamos vivir es absolutamente falaz. La inmensa mayoría las personas del mundo, veganas o no, se suplementan de B12. Solo que algunas lo hacemos sin la necesidad de participar en la explotación y muerte de seres sintientes e inocentes.

Para tener más información sobre este tema podéis consultar nuestro vídeo en nuestro canal de Youtube dónde explicamos este tema de una forma dinámica y fácil.

Embarazo vegano

Llevar un embarazo vegano no debería ser más complicado que cualquier otro embarazo. Muchas personas nos preguntan sobre si existe algún riesgo para la mamá o el bebé si se sigue una dieta vegana durante el embarazo.

Nuestros embarazos. Ningún problema por ser vegana.

Mi embarazo fue una decisión muy meditada en todos los sentidos, y, por supuesto, también en lo que a la alimentación se refiere.

Como ya he comentado en otras ocasiones en mis dos embarazos yo estaba en transición del vegetarianismo al veganismo, por lo que, aunque seguía consumiendo lácteos y huevos, este consumo no era frecuente, ni mucho menos.

Mi alimentación era sana y equilibrada, siempre he hecho deporte y, por suerte, mi salud en esa época era óptima. Elegí obstetra y ya en la primera consulta, al solicitarme los primeros análisis rutinarios, le comenté que era vegetariana… Como si le digo que tengo los ojos azules, no le dio mayor importancia. Para lo único que lo tuvo en cuenta fue para que al recetarme el típico complejo vitamínico para personas gestantes, éste fuese apto.

Por lo demás, exactamente los mismos controles que al resto. Mis análisis siempre fueron perfectos, incluso sin apenas anemia, algo muy habitual en embarazadas.

Ambos embarazos fueron totalmente saludables, con una alimentación normal y equilibrada, basada en legumbres como fuentes de proteínas vegetales, verduras, frutas, cereales integrales, frutos secos y semillas, y, por supuesto, con los complementos vitamínicos habituales de las personas con una alimentación basada en plantas, como es la vitamina B12, y los de las personas gestantes, como el yodo y los complejos vitamínicos completos.

Un embarazo vegano debería ser como cualquier otro.

Os he contado mi experiencia personal, pero en mi caso tuve suerte de encontrarme con profesionales informados y con dos embarazos saludables en lo que a nutrición se refiere. Lo verdaderamente importante es que si hay algún problema típico del embarazo, como la anemia, es imprescindible tener claro que no es por llevar una dieta vegana y que siempre es mejor estar bien asesorada, en la medida de lo posible.

Como siempre decimos, el veganismo hay que visibilizarlo, y nos parece totalmente necesario y fundamental hacerlo también en el sistema sanitario. Demostrar con hechos que las personas vegetarianas o veganas no tenemos carencias nutricionales, y que podemos llevar un embarazo totalmente sano con una alimentación 100% vegetal. Y esto no lo decimos nosotras, lo dicen las mayores asociaciones de nutrición y dietética del mundo.

Por desgracia, todavía existen demasiadas profesionales de la salud que no están actualizadas ni recicladas, pero ese no es nuestro problema, sino el de ellas, así que os animamos a todas a poner en valor nuestro embarazo vegano, a mostrarlo y demostrar cómo un embarazo vegano es perfectamente viable, sano y positivo tanto para la embarazada como para el propio bebé.

Y en el hospital exijamos nuestros derechos

El tema de vuestra alimentación una vez deis a la luz en el hospital ya es otra historia… En mi caso di a luz en el mismo hospital las dos veces, un centro privado, y ya les habíamos advertido, por activa y por pasiva, que era vegetariana. Pues la primera comida tras dar a luz; sí, efectivamente, animales muertos. Pedimos que, por favor, se la llevasen y nos trajesen otra. No recuerdo que era, pero recuerdo que tampoco era apta, otra vez a pedir que se la llevasen y me trajesen algo de comer viable para mí. Pues a la tercera, no lo olvidaré jamás, aparecieron con ¡un arroz blanco! Un puñetero arroz blanco sin absolutamente nada más… Quería llorar, así que allí que se fue Pablo a por una pizza a un restaurante, no sin antes poner una reclamación, por supuesto. Pero bueno, este tema ya sabemos como va y lo complicado que resultan todavía, por desgracia, este tipo de cosas en nuestro país.

Así que no dudéis nunca, y tened claro que, por supuesto, se puede tener un embarazo vegano, perfecto y sano.

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