Ganadería industrial y despoblación rural

Granja de cerdos de Girona con cerdas hacinadas.

No son pocos los estudios que han demostrado la relación directa entre la ganadería industrial en nuestro país y la pérdida de empleo y de población en el mundo rural, en los lugares dónde se concentran un mayor número de animales.

Pero además de la despoblación y el desempleo que afecta directamente a esto lugares, también nos encontramos con grandes impactos sociales y medioambientales. Estas son algunas de las consecuencias directas:

  • Despilfarro del consumo del agua, (cada kilogramo de carne de vacuno requiere 20.000 litros de agua).
  • Contaminación del aire por amoniaco y por las emisiones de gases de efecto invernadero.
  • Contaminación del suelo y las aguas fluviales por los nitratos procedentes de los purines.

En total, según datos de la organización internacional GRAIN, el modelo ganadero industrial genera entre el 23 % y el 32 % de las gases de efecto invernadero a nivel mundial.

Desastre medioambiental nacional…

Por supuesto, toda esta contaminación de aire, suelo y agua tiene consecuencias negativas directas en la salud de las personas. Está demostrado que la población local cercana a este tipo de explotaciones intensivas se ve afectada cada vez más por problemas respiratorios asociados al amoniaco y a las micro-partículas procedentes de este tipo de ganadería.

…consecuencia del holocausto animal…

Sólo en la provincia de Lérida, existen más de 4 millones de cerdos censados. Es increíble ver como este modelo de granjas, que ya no se estila en el resto de Europa debido a todo lo que ya se conoce que conlleva y sus desastrosas consecuencias está, en cambio, proliferando en nuestro territorio.

Los datos del sector porcino son escalofriantes. Los datos del  Ministerio de Agricultura muestran que el año pasado se sacrificaron 52,4 millones de cerdos, en total 4,52 millones de toneladas de carne. Esto significa que nos mantenemos en la cuarta posición mundial, tan solo por detrás de China, Estados Unidos y Alemania.

…y al servicio del mercado internacional

No deja de ser curioso cómo el consumo de carne de todo tipo ha retrocedido en España el 2,6%. Sin embargo la  exportación aumentó en un 60% en carne de cerdo, principalmente con Asia como principal destino.

La ganadería en general es la responsable del 67 % de las emisiones de gases de efecto invernadero del sector agrícola, que es ya el cuarto principal emisor de España. Pero es que el porcino en particular es ya responsable del 22 % de las emisiones de la ganadería en España.

Y las consecuencias las pagan la España rural…

La ganadería intensiva ya no es solo que económicamente no beneficie en absoluto a los pueblos, sino que debido a todo lo que hemos mencionado anteriormente, los empobrece.

En las comparativas realizadas entre municipios con esta industria y otros que se están dedicando a otro tipo de actividades económicas, como la pequeña transformación artesanal o el turismo rural sostenible, los primeros pierden mucha más población que los segundos.

… Y el Sur global

Pero esta problemática va mucho más allá y no afecta solo a nuestro medio rural, sino que las consecuencias de la ganadería industrial ejercen una enorme presión sobre los países del Sur.

No en vano, es en estos paises donde se plantan la gran mayoría de monocultivos como soja, maíz y otros cereales, que se utilizan para la elaboración de piensos y abastecer toda esa demanda de esos millones de animales.

Esto conlleva ya no solo el acaparamiento de tierras y el consecuente desplazamiento de comunidades enteras, sino que sus habitantes deben de hacer frente a entornos empobrecidos debido a la deforestación, así como a diversas enfermedades producidas por esos monocultivos o incluso la intimidación y, en muchos casos, la muerte de líderes campesinas.

  • Greenpeace
  • Ecologistas en Acción
  • El País
  • Stop Ganadería Industrial

Los zoos son cárceles de animales

Debemos de partir del hecho de que los zoos son empresas, y, como tales, solo buscan la mayor rentabilidad, obviando el bienestar de sus animales, a los que únicamente ven como productos.

Animales encerrados tras barrotes, en urnas de cristal o recintos minúsculos. Hacinados, desatendidos la mayoría de veces de los controles veterinarios necesarios, utilizados como reclamos publicitarios, desarrollan enfermedades mentales a causa del encierro, del estrés, de la tristeza…

Desmontando las zoo falacias

Una de las más extendidas mentiras que nos encontramos es que los zoológicos dicen trabajar para proteger a las especies en peligro de extinción. Pero esto es totalmente falso. Por lo general sólo fomentan el “alojamiento” a los animales más famosos y populares, como grandes felinos, elefantes, osos polares, etc…

De hecho existen gobiernos que alquilan a los zoos a sus animales más famosos para que así tengan más ganancias. Como dato, destacar que tan solo el 8% de los animales de zoos de Europa pertenecen a un programa de conservación de las especies.

No debemos olvidar que, además, la gran mayoría de los animales que están en los zoos no están en peligro de extinción. Por lo tanto ese falaz argumento de conservación de las especies también se cae por su propio peso.

Espectáculos dantescos, y luego… reventa de los animales

Los delfines u orcas hacinados en grandes piscinas, “actuando” para un público autómata incapaces de ver su sufrimiento, haciendo saltos a cambio de comida, un vil chantaje, y las cuidadoras tratando de hacernos creer que los quieren y los cuidan….

Elefantes encerrados en espacios minúsculos sin poder recorrer kilómetros por sus sabanas de origen.

Grandes simios o felinos prisioneros en espacios reducidos sin poder saltar, correr, ni hacer nada de lo que es su propia naturaleza.

Los Zoológicos saben perfectamente qué tipo de animales atraen a más visitantes. Por ejemplo los cachorros son una gran fuente de ingresos y un reclamo publicitario. Pero ¿qué sucede cuando esos animales crecen y ya no “venden” tanto? Pues comercian con los ejemplares cuando alcanzan su edad adulta, vendiéndolos o cambiándolos por otros de otros zoos. Todo en nombre de la preservación de las especies… Hipocresía máxima.

No financies esclavitud

Cuando pagas por visitar un Zoo estás financiando la esclavitud, la trata. Financias el dolor y el sufrimiento de miles de seres inocentes. Los Zoos no educan, ya que solo muestran a seres encerrados, fuera de sus hábitats, cosificados y mostrados como  objetos de consumo.

Animales totalmente alejados y despojados de su verdadera naturaleza, animales enfermos cumpliendo una condena de por vida sin haber cometido ningún delito jamás.

Y por si todo esto no fuese ya más que suficiente, en algunos zoos, por ejemplo en el zoo de Lujan en Argentina, se permite a los visitantes fotografiarse encima de leones drogados o en el del Sriracha Tiger Zoo de Tailandia, donde tigres y otros animales viven encadenados y encerrados en pequeñas jaulas, y son obligados a tener que posar para fotografiarse con turistas o ser alimentados a la fuerza con biberones….

Por favor, no contribuyais a este sufrimiento innecesario, los zoos no son educativos, enseñemos amor, respeto y libertad.

Fuentes:

  • AnimaNaturalis
  • El País
  • El Diario.es
  • Fundación Faada

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